El transporte por carretera, tanto a nivel nacional como internacional, sigue siendo una de las principales modalidades en Europa para la movilidad de mercancías y personas.
Es también uno de los sectores que experimenta un mayor dinamismo dentro de la economía europea, por lo que se considera un eje de actuación prioritario.
En palabras del vicepresidente de la Comisión Europea de Transportes, Siim Kallas, “no se concibe la existencia de un mercado único sin una red integrada de transporte”. Y este, claro está, ha de incluir una red sólida de tráfico rodado ya que se trata de un sistema rápido, eficaz, flexible y económico para el transporte de mercancías por toda Europa.
Además, es una fuente de generación de puestos de trabajo y hace posible la viabilidad de múltiples negocios.
No obstante, al margen de sus evidentes ventajas, el transporte por carretera también se enfrenta a una serie de desafíos, que pasan por la mejora de la seguridad vial, la disminución de la contaminación y la reducción de combustibles fósiles.
Así se pone de manifiesto en el libro “Transporte por carretera. Un cambio de rumbo”, que reúne las soluciones que propone la CE para el sector.